1º Borrador

Apr 2, 2020

Acuerdo de Glasgow

El marco institucional para la crisis climática utilizado por gobiernos, organizaciones internacionales y el sistema económico al completo ha fracasado en todos los aspectos. Este marco institucional se diseñó para fracasar. Los principales acuerdos institucionales en cuanto a cambio climático, véase el Protocolo de Kyoto y el Acuerdo de París, no han servido para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero globales necesarias para detener el cambio climático.

Cientos de gobiernos, municipalidades y organizaciones han declarado la emergencia climática, al tiempo que protestas masivas en las calles de todo el mundo reivindicaban repetidamente justicia climática dentro de la franja de 2030, y se afianzaba el consenso científico sobre la necesidad de la reducción de un 50 % de las emisiones de efecto invernadero en este periodo.

Este movimiento por la justicia climática sin precedentes requiere de nuevas herramientas para señalar estas contradicciones fundamentales y revertir la narrativa global: de la impotencia institucional al poder social.

Así, las organizaciones y movimientos sociales abajo firmantes asumen:

  1. La necesidad de reducir de forma colectiva las emisiones de efecto invernadero, poniendo la responsabilidad de hacerlo en sus propias manos y abandonando el enfoque institucional. En otras palabras, el foco en las negociaciones con gobiernos y con las Naciones Unidas.
  2. La no-cooperación política y económica, así como la intervención noviolenta, en particular a través de la desobediencia civil, son las herramientas principales para poner en práctica el Acuerdo de Glasgow, y se define la desobediencia civil como: “”.
  3. El marco político para estas reducciones y para la acción climática es el de la justicia climática, definida como: “”.
  4. La producción de un inventario de los principales sectores contaminantes y emisores de gases de efecto invernadero, así como futuros proyectos de los mismos en cada país. Este inventario será difundido estatal e internacionalmente, señalando los nombres listados como objetivos prioritarios de cierre.
  5. La definición de estrategias propias, locales y estatales para detener los sectores e infraestructuras que más gases de efecto invernadero emiten a escala nacional y estos nuevos proyectos, así como la petición de apoyo a otras organizaciones miembro del Acuerdo de Glasgow (estatal e internacionalmente);
  6. El apoyo a otras organizaciones miembro del Acuerdo de Glasgow con herramientas para lograr los objetivos del acuerdo.

El Acuerdo de Glasgow se hará efectivo con la firma de al menos 400(?) organizaciones y movimientos sociales de 50(?) países de todos los continentes.


Notas:

El objetivo es firmar oficialmente el Acuerdo en la Contracumbre celebrada durante la COP26 en Glasgow, en diciembre de 2020.

Las indicaciones sobre las reducciones necesarias nacionalmente estarán basadas en metodologías como Climate Equity Reference, Climate Fair Shares o Paris Equity Check, las cuales proponen contribuciones nacionales igualitarias fundamentadas en emisiones históricas y en la capacidad.

Dos meses después de la firma por parte de todos los miembros del Acuerdo de Glasgow se producirá el primer inventario nacional de nuevos proyectos y de los mayores contaminadores con un orden de prioridad en cuanto a la clausura de los mismos. Cada país redactará esta lista en colectivo con el resto de organizaciones estatales. Esta información estará centralizada en la página web pública del Acuerdo de Glasgow, a través de la cual se informará a todos los miembros. Esta página web también recibirá las peticiones de apoyo y asistencia de todas las organizaciones que lo requieran.

Habrá una plantilla para el inventario.


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